Salarios justos en sector bananero y otros rubros estimularía producción agropecuaria
Consumo responsable pone las reglas en los grandes mercados
Por: Rossò Aebischer.
No es casualidad que la agenda del próximo Foro Económico Mundial (World Economic Forum2021), coincida a la perfección con la nueva disposición de una de las principales certificadora mundiales de Comercio Justo (Fairtrade Internacional), sobre la necesidad de una producción de bajo impacto ambiental y la exigencia de dignificar la vida de trabajadores y pequeños productores que por reglas injustas de los mercados ocupan un lugar invisible en la cadena de suministro.
A partir de julio de este año la red de productores de Comercio Justo Fairtrade en América Latina y Caribe, (CLAC), deberá disponer un aumento de 70% del salario neto, necesario para un salario digno, a todos los empleados de las plantaciones bananeras certificadas bajo el sello de Fairtrade.
Para la República Dominicana el aumento sería alrededor de un 12% para todos los trabajadores del sector.
“Los análisis y cálculos se realizaron teniendo en cuenta la parte en efectivo del salario pagado y el índice de referencia del salario digno. Esto significa que se incluyeron en los cálculos las asignaciones en efectivo, las bonificaciones y el decimotercer salario. Consideramos únicamente las cotizaciones, prestaciones, retenciones y deducciones estatutarias que establece la Legislación Nacional del Trabajo. Mientras tanto, no se tomaron en consideración las prestaciones no monetarias y las prestaciones en especie”.
La cita se refiere al caso específico de la República Dominicana
La certificadora internacional Fairtrade, que agrupa el 80% de todas las plantaciones bananeras dominicanas, cree que con ese aumento se proporcionará un salario digno a los trabajadores, lo suficiente para alimentos, atención médica, educación y otros elementos esenciales para ellos y sus familias
La disposición, “se aplicará a todos los países y es requisito único entre los esquemas de certificación, para dar un paso concreto hacia un salario digno. Cada trabajador de una plantación de banano Fairtrade recibirá al menos el salario base, incluso si el salario mínimo legal es más bajo. Y si ya reciben más, no se les puede bajar el salario”, especifica la institución.
“A los trabajadores de muchos países productores se les paga el salario mínimo legal nacional, pero, en la mayoría de los casos, sigue siendo inferior al salario digno”.
Cuestiona el hecho de que en varias regiones los trabajadores no están representados por sindicatos que puedan negociar en su nombre para obtener mejores pagos.
“Fairtrade quiere establecer un nivel inicial que sea alcanzable para todos y establecer un campo de juego nivelado en todos los países, especialmente dados los costos adicionales impuestos por el COVID-19”.
Algunos países, por ejemplo, Colombia y Ecuador, ya están cerca de lograr un salario digno, afirma la organización. Contrario a la República Dominicana y Ghana, donde existe una brecha significativa que salvar.
VENTAS
El 2019 fue un año de crecimiento para los productores dominicanos que venden a través de Comercio Justo Fairtrade, alcanzando un aumento de un 9% en la venta de banano.
Esto se debió al aumento en las ventas de banano orgánico Fairtrade en varios mercados:
En Alemania, por ejemplo, uno de cada cinco bananos vendidos es orgánico, bajo el sello de Fairtrade.
En Austria, el 92% de todos los bananos Fairtrade vendidos, son también orgánicos.
“El banano mantiene un precio relevante, a pesar de los crecientes costos de producción de los agricultores”.
Además del precio mínimo estable y la Prima Fairtrade, que brinda apoyo a los agricultores para mejorar su productividad, la institución ha reiterado que sigue consultando a las partes interesadas sobre el camino hacia un salario digno, para lo cual ya dispuso un aumento de un 20% por plantaciones desde octubre de 2019.
“Esto significó que el productor Fairtrade ganó casi US$236 más por tonelada vendida, y más los 240 dólares estadounidenses adicionales en la Prima Fairtrade, desde octubre de 2019 hasta marzo 2020”.
Asobanano
Para la Asociación Nacional de productores de Banano (Asobanano), la estructura de catalogación tomada por Fairtrade para calcular el aumento de salario mínimo, es incorrecta, en el entendido de que no se puede comparar las condiciones de vida de un empleado dominicano, a la de un trabajador en una plantación en Colombia, principal competidor del país en la Unión Europea.
Según Asobanano el país centroamericano no cuenta con derechos adquiridos para sus empleados tales como; preaviso, cesantía y prestaciones laborales.
“Hemos hecho un cálculo, y un empleado le cuesta a una finca por encima de los RD$1,000 diarios, por todos los adicionales que hay que tener de reserva, porque la protección es imprescindible en estos momento”. Explica Hilario Pelegrini, presidente de Asobanano.
Y agrega, “el problema es la distribución de las responsabilidades, Fairtrade viene a proponer el incremento del salario mínimo, ellos han hecho una evaluación que no entendemos para establecer que hay que subir el salario y que República Dominicana debe cerrar una brecha que es muy grande, y nos comparan con Colombia, que según ellos no tiene brecha”.
Cuando se compite en precio por el mismo producto, es difícil establecer quién tiene la razón.
El banano dominicano es más caro en el mercado europeo que el ecuatoriano y que el colombiano, “es por nuestra condición de Isla”.
Pero, esa diferencia de precio no representa un problema para el consumidor final europeo, que además tiene una cierta preferencia por el banano orgánico dominicano, un Franco más, un Euro menos, no cambia la elección de un consumidor promedio en Europa. Sobre todo si está de por medio una empresas como Max Havelaar-Fairtrade, conocida en el mercado por su compromiso con el tema del medio ambiente y la sostenibilidad.
La creciente red de consumidores responsables en países como España, Suiza, Alemania y Austria, cada vez es más influyente en el tema de la sostenibilidad y el cambio climático, inclina la balanza hacia empresas con un comportamiento ético-social y medioambiental.
Cada vez menos personas compran motivados por el marketing, por el contrario, quieren ser conscientes y responsables sobre el impacto que genera el rubro en la sociedad y el medio ambiente.
Asobanano explica que el mínimo establecido por Ley son RD$400 pesos el jornal, y señalan que Fairtrade está llevando ese monto a RD$435 y a eso sí se les hace los descuentos legales, que es un 5.99% por Ley, la realidad es que el sector en promedio pagaría unos RD$550 el jornal.
La diferencia de una caja de banano Filtrade y una convencional a precio productor, sin considerar la Prima, es casi de US$2.00.
“Fairtrade nos exige como importador pagarles al empleado US$13.80 como mínimo, más la Prima por una caja de 18 kilos orgánica empacada normal, el resto hay que negociarlo. Pero si el cliente quiere un diseño especial en la envoltura, son costos adicionales que debemos cubrir”.
Costos en la producción
La disponibilidad créditos blandos que hay en el mercado actualmente, no aligera los gastos en los seguros agropecuarios, que han aumentado considerablemente luego de las inundaciones, sumados a las alzas de los abonos, los cartones que han experimentado incrementos en más de 50% de sus precios normales y los fletes, que exhiben costos exagerados.
Toda la estructura bananera se vuelve cada vez más cara, sobre todo para un emprendedor que no puede ser competitivo con tantas desventajas.
“Más que la cantidad de tierra sembrada, aquí el problema está en el hecho de la productividad por tarea, es decir podríamos producir el doble con la misma cantidad de tierra sembrada”, revela Asobanano.
Desafíos
El Estado tendría que desempeñar un arbitraje importante en el establecimiento de alianzas público-privada que garanticen seguridad alimentaria a los trabajadores y pequeños productores, acceso a educación de calidad y a servicios salud.
Tendría que ser lo contrario de lo sucede actualmente, donde las policlínicas de las comunidades bananeras funcionan gracias a la Prima que destina Fairtrade a los productores, y no es suficiente.
La totalidad de la plantación bananera en el país, unas 380 mil tareas, se encuentran en las comunidades más empobrecidas, el 38% en Valverde de Mao, un 40% en Monte Cristi, Santiago tiene un 6%, Azua un 6%, el resto está distribuida en Santiago Rodríguez.
Muy a pesar de las carencias de esos pueblos, la producción de banano es una fuente de empleo importante para su sostenibilidad.
Se necesita trabajar en la motivación del recurso humano nacional; con énfasis en la juventud, sobre las carreras técnicas relacionadas con la agricultura, su participación en la economía formalizada desde el campo y de los grandes beneficios que pueden obtener ellos y sus pueblos desde esa posición.
De forma directa muchas de las acciones antes citadas, pueden funcionar como una campaña a favor de la juventud campesina llamada a desmotivar la creciente inclinación por el servicio de “motoconcho”, que le relega en la marginalidad, sin contabilizar el costo humano y económico que representan los accidentes de motocicletas para el Estado.
He ahí que los subsidios sociales deben focalizarse, de manera que el bono-luz, bono-gas,la tarjeta de solidaridad, no sean una estimulación parasitaria, sino un respaldo para quienes desempeñan una actividad formal.
En las zonas agrícolas especializadas, los subsidios deberían de estar sintonizados con las actividades productivas de la comunidad.
El mayor desafío tendrá que ser la capacitación en gestión, producción y comercialización y la reinversión de los beneficios, de manera que se pueda lograr el desarrollo de las comunidades rurales.
Realidad
Pese a los estragos de los huracanes Irma y María en 2016 y 2017, se podría decir que la producción bananera ha rendido más que años anteriores, entre 475 a 500 contenedores semanales, sin embargo son los mismos números que habían previo a las tormentas, explica Asobanano.
Este año las ventas bajo sello de certificación Failtrade se han disparado de manera considerable, lo que significa que la producción local no ha tenido pérdidas en la comercialización.
Fairtrade ha sido la única empresa que mantenido una estabilidad en el precio del banano dominicano, a diferencia de las demás compañías exportadoras que desde 2016 a la fecha han bajado entre un 25 y 35% el precio de compra, todo esto a causa de la presión que ejercen los demás países competidores en el mercado primario, que es la Unión Europea.
Exigencias
Los requisitos del sello certificador es que el 100% de la inversión cumpla con sus estándares establecidos, como horarios de trabajo y pagos, por el ejemplo el gasto es 90 de 100 y le queda un margen de beneficio de 10. “Pero eso sucede cuando usted vende el total en Failtrade, y la realidad es que muchas veces el 50 o el 60 y hasta el 80% del volumen total de la finca, sobre todo en verano, no se vende como Comercio Justo”, se lamenta Asobanano.
Intermediación especulativa
Datos oficiales revelan que el precio de un banano producido en la la Línea Noroeste es vendido más caro en la Capital, a solo 160 kilómetros de distancia, que uno exportado hacia Alemania.
Una unidad de banano en la capital puede costar hasta RD$8.00. En Suiza oscila; el kilo “Bio” que es el más caro cuesta FCH$3.30, el pre-garantía FCH$1.95 y FCH$2.95 normalmente.
De la teoría a la práctica
De acuerdo a los criterios de la Organización Mundial del Comercio Justo, las circunstancias actuales demandan oportunidades reales para que los productores y sus asociaciones pasen de la pobreza a la autosuficiencia económica y propia.
Urge entablar relaciones transparentes y responsables entre las organizaciones y grupos productores, donde ambas partes cuente, con voz y votos.
Voces del sector
Eric Rivero, presidente de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro), cree los agricultores y trabajadores no solo necesitan fondos de emergencia y programas coyunturales, necesitan un sistema de comercio más eficiente y sostenible que apoye sus medios de vida, un medio ambiente sano y derechos humanos en todas las cadenas de suministro.
“Los tiempos de paz y de abundancia son cada vez más escasos, el cambio climático nos reafirma la necesidad de que el consumidor que compra una libra de arroz o un huevo en un colmado, o supermercado sepa que ese bien viene de un campo de San Francisco de Macorís y de una granja de Moca, y que para producirlo se demanda de mucha inversión y de trabajo”, explica Rivero, quien cree que la nueva gestión de Gobierno podría inclinar la balanza a favor de la producción dominicana.