EL PODER ES BUENO: CUANDO SOMOS BUENOS
Artículo de opinión.
El poder es bueno: cuando somos buenos.
Por: Darlin Toribio.
Mi generación y mi país (en toda su historia), hemos vivido años de gobiernos que sólo nos han mostrado una cara del poder, que como resultado nos ha hecho olvidar lo positivo de éste. Por ello escribo esto para ustedes.
El poder no es malo en su naturaleza, el poder es vida, orden y democracia.
Las primeras experiencias que hemos tenido de poder, Romano Guardini las presenta como ímpetu humano, el impulso, la potestad; dándonos a entender que el respirar, sonreír, caminar son poderíos supremos que representan nuestra soberanía, siempre y cuando estemos consciente de esto.
«Este poder solo recibe su determinación gracias a que el hombre toma conciencia de él, decide al respecto, lo transforma en acto».Por tanto, toda la responsabilidad es del hombre.
Es decir, podríamos asumir la postura de que lo maligno o benigno, agradable o desagradable, beneficioso o dañino, justo o injusto, que podamos percibir del poder, no es propio de éste, sino más bien del hombre.
En si el poder no es bueno ni malo, solo adquiere sentido por la decisión de quien lo utiliza. Ni siquiera es, por sí mismo, constructivo o destructivo, tan solo ofrece todas estas posibilidades, al estar regido esencialmente por la libertad.
Es necesario, recordar que la democracia en un Estado es un buen uso del poder, la manera más efectiva de utilizar el poder, pero este poder es más exigente que en el caso de otros, no basta sólo con ser el que la mayoría ha elegido, se necesita un resorte más, que es la virtud.
La literatura nos ha enseñado, (porque nuestra historia como nación no ha podido), que un gobierno que sustente sus actuaciones en virtudes no ha de ser cuestionado, es tan así, que es donde se sustenta el poder monárquico. Que cuando es utilizado en base a las virtudes, las buenas costumbres del hombre, ha permanecido, pero cuando olvida esto, termina en dictadura o desaparece del ´´poder´´.
Concluyo con lo siguiente: si no elegimos el orden no nos podemos quejar por el caos, si somos malignos a la hora de elegir, el malo no es quien dirige. Y al que ha sido elegido parar gobernar, si es mal intencionado al momento de ejercerlo, dejando a un lado la virtud, olvidando las buenas costumbres y el buen obrar. El malo eres tú.
¡Dominicanos! el poder no es malo.
Lic. Darlin Toribio, MA.
Filósofo, profesor, escritor.
IG: @darlintoribiov / C: Info.escritortoribio@gmail.com
